miércoles, febrero 14, 2007

Fin de semana de Relax

Este fue mi fin de semana de relax. Os lo recomiendo a todos, sobre todo viene bien después de varias semanas sin parar y sin dedicarte un minuto a ti mismo.

Lo primero, olvidarte del despertador y dormir hasta que te duela la cabeza, para continuar con un desayuno completito: con un café con leche, un zumo de naranja y tostadas hasta decir basta va bien (sobre todo si es la una del mediodía). A continuación, una peli. Sí, sí, has leído bien: una peli con apariencia de documental: Zelig (Woody Allen no viene mal en estos fines de semana de descanso), sobre un camaleón humano que se adapta a todos para no caer mal. Muy buena.

Comer con tu familia y hacer público que te encuentras en tu fin de semana de relax, por lo que tus conversaciones con ellos serán lo más ligeras posible (no entrarás en discusiones acaloradas, ni tomarás partido en decisiones serias. Este fin de semana, no).

De siesta, nada. Has tenido que tomar paracetamol por dormir tanto. Mejor un té de canela con leche. Puedes mojar galletas Príncipe. (Yo lo hice.) Música de fondo, Suzanne Vega. Paseo bajo el sol de febrero y a disfrutar contemplando cómo se mueven las hojas de los árboles.

"El deber" en un fin de semana de relax se llama habitación desordenada. Lo reconozco, queridos lectores, aún no ha llegado el gran día, pero en mi fin de semana de relax brotó un anticipo y me puse manos a la obra: por fin mis cds ilegítimos fueron reconocidos y bautizados con el rotulador permanente. Música de fondo, mis incondicionales, los que nunca fallan: Dido y Estopa.

Cuando los demás salen de marcha hasta las tantas, uno en su fin de semana de relax puede hacer dos cosas: irse de fiesta con ellos o quedarse en casa. Un consejo: ante todo, elige la que más te apetezca. Yo lo hice (me quedé en casa). A la camita prontito, cuando el cuerpo lo diga, ni antes ni después. Entretanto, unos minutos de Dolce Vita (si sabes mirar, la sabiduría de la vida) y unas páginas de los Argonautas, para rematar.

Domingo (dominus dei), me voy a Misa por un callejoncito que han hecho nuevo. Ups, si era Manos Unidas, debería haber ido a la de niños y estar un rato en los talleres. Me quedo, canto por dentro "qué bien se está contigo", y a la salida saludo a mis amigos. Ayudo a recoger y nos vamos unos cuantos a tomar un aperitivo y a llenar de planos unas servilletas.

Después, a casa, a volver a plantearte que existen las semanas.

Este fin de semana igual repito.




1 Comments:

At 16 febrero, 2007 15:14, Anonymous Anónimo said...

pero amos a vé, esa afoto es blandina!
felices berberechos!

 

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