Forrest Gump, a los leones.

A mí Forrest Gump me gustaba. Sí, sí, lo confieso, formaba parte -junto con Ghost, Pretty Woman o Tomates Verdes Fritos- de aquellas películas que, sin ser obras maestras, no me importaba ver por quinta vez al cabo de algunos años. Pero ahora me niego.

Forrest Gump no me inspira nada, pero nada de nada. Porque cada vez que entro en los blogs que suelo visitar me encuentro esperando en la parada de un autobús un post nuevo que no acaba de llegar, me siento como Yerma entonando una nana al bebé que no está en camino, o como Vladimir y Estragón esperando a Godot.
Mirando el mismo paisaje de Valencia, 1 petardo cada 2 segundos; yendo a cenar al Yokatta; o reflexionando sobre la Corta vida del pez. Querida Forrest-Gump-me-ha-inspirado, Forrest Gump me ha inspirado para provocarte desde aquí.

Esto es un llamamiento a todos los blogs abandonados. Salgan de debajo de las teclas defensores acérrimos de Forrest Gump reclamando su inocencia, acúsenme de insensible, de intolerante con los que esperan pacientemente en las paradas de autobús, llamen a la sociedad protectora de Tom Hanks, ¡escriban un post en sus blogs! Ante todo:un poco de vidilla. Asociémonos todos los tontos del mundo y llenemos nuestros blogs de tonterías.