El peso del invierno.

El caso es que tocó lavadora. Nuestro sufrido tendedero, a fuerza de soportar el peso de toda la ropa acumulada durante la semana -toallas, sábanas, vaqueros, jerséis de lana...- se rompió. Y toda la ropa por el suelo.
Y ahora pensaba yo en lo importante de las dosis, de estirar las cosas sin tensar. Cuántos inconvenientes implica la búsqueda de resultados inmediatos, qué ineficacia exigir a un tendedero lo que no puede soportar. Y sigo aprendiendo. Y no me importa no aprenderlo todo de golpe, sino poquito a poquito, con errores, que no quiero que me pase como a nuestro pobre tendedero.
Enero de 2006
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