miércoles, noviembre 22, 2006

¡Sorpresas!

Llego a la escuela triste y resignada.
-Hola.
-Hola.
-¿Habéis pasado del bonjour?
Se abre la puerta y me encuentro un trozo de Francia, una aparición, una sonrisa francesa en versión original. Un jersey por encima de una chaqueta de pana. Ya era hora de un jersey por encima de una chaqueta de pana. La lengua te devuelve a lugares donde nunca has estado... o de donde nunca regresaste.
Una conversación seria y coherente, desde el corazón. Ya es la hora de tomarme en serio. Ya es la hora de borrar personajes y encontrarme cada día. Me miro en un espejo y me veo en la cara de enfrente. Doble parpadeo y banda sonora de dibujos animados. Uf, es que son situaciones tan parecidas...
Llego a casa. Un parte de atestados. No llevaba el cinturón. ¿Que no llevaba el cinturón?
Bonne nuit de un día cansado. A las cinco y media un mensaje: por fin ha nacido Antonio. Todo ha ido muy bien. Gracias, Señor, por las pequeñas sorpresas de cada día.

sábado, noviembre 18, 2006

Bretón de los Herreros

Ha llegado hoy, sin avisar.
Víctima de mi mala costumbre de no calcular, respiro hondo, intento concentrarme en un partido de fútbol que están viendo por la tele. Sin embargo, sigo lamentándome y me acuerdo de la misma persona que me viene a la mente cada vez que veo por la tele el odioso festival de los Chiquiprecios, cuando decido cenar un par de filetes o cuando miro con ojos reacios la montaña de la ropa por planchar. Cada mes, la misma pregunta ("oye, Vanesa, ¿tú te acuerdas de cuándo...?").

Un gol no mitiga el dolor, pero un buen recuerdo sí.







domingo, noviembre 12, 2006

El hombre invisible


Aquel hombre
era invisible,
pero nadie
se percató de ello...

domingo, noviembre 05, 2006

Dedos que hablan, tiempo que pasa


Y me pregunto qué pensarías mientras pintabas...
por tu tiempo,
tu frío o tu calor,
tu pasión o tus desganas.
Sin conocerme me dices lo que me invento
y me basta.
Si copiaste suavemente esa sonrisa
o habitaba ya en tu mente
de la infancia.

Mi moderna mentalidad
de vuelta de todo,
mi cafeína, mis plazos, mis inventarios,
carecen del tiempo que derrochaban tus dedos.
Por eso te doy las gracias,
por dedicarme esa sonrisa
que me devuelve a ti.

jueves, noviembre 02, 2006

2/XI/2006

"Nunca presuponga que usted conoce las necesidades y prioridades de la gente; confiese su total ignorancia en cuanto a sus antecedentes, a la manera en que funcionan sus mentes y el porqué de sus actitudes, y pregúnteles a ellos cómo les gustaría ser ayudados.

Primero usted llegue y escuche a la gente, usted escuche hasta que se canse de escucharlos y entonces escuche un poco más. Usted escuche hasta que toda la arrogancia cultural de su mente se haya agotado y empiece a oír realmente la voz de la gente como el elemento más importante de su propio desarrollo, y como algo mucho más importante que los maravillosos planes e ideas que se agitan en su pequeño y ocupado cerebro." Patin, 1988.